Monterrey
Los artistas Cosa Rapozo y Carlos Lara muestran instalaciones e intervenciones donde el público estará rodeado de obras que abordan asuntos actuales.
Cuestionamientos a aspectos de la sociedad contemporánea, como el capitalismo, la identidad y la opresión ejercida por estructuras de poder, se presentan en MARCO a través de dos nuevas comisiones: Fábula rota y los cuerpos que olvidaron huir, de Cosa Rapozo en Espacio Uno; y El México que se nos fue, de Carlos Lara en el Patio de las Esculturas.
Ambas exhibiciones abren al público el viernes 27 de junio y forman parte del esfuerzo del museo por comisionar proyectos a artistas contemporáneos cuya carrera está cobrando relevancia en la escena artística.
Bajo la curaduría de Brenda Fernández, la artista Cosa Rapozo (Guanajuato, 1987) muestra una serie de obras que intervienen la sala conocida como Capilla Legorriana y que la transforman en una atracción de feria. Recientemente, la artista ha encontrado la figura del carrusel como una representación de un despliegue colonial, un elemento lúdico y atractivo donde se puede observar la interacción del hombre y la forma en que organiza y somete a otras especies.
A lo largo de su producción, Rapozo ha abordado en su discurso asuntos como la vergüenza y la dominación. En las obras de Espacio Uno, explora figuras que imponen sometimiento sobre otras para hablar sobre el humano hegemónico, es decir, la cultura patriarcal. Entonces el carrusel es ese espacio donde lo salvaje, que representa con la naturaleza, y el cuerpo femenino, son figuras no solamente sometidas, sino que están al servicio de un espectáculo.
Al ingresar a Espacio Uno, el público encontrará dos esculturas con la forma de venados en expresión de salto; tienen un aspecto inacabado en donde por igual hay detalles que indican violencia, como unos alfileres que sostienen un trozo de peluche, como si fuera su propio pelaje. Una de las obras es una marquesina con estética de feria con la palabra DELIRIO con acabado peluche y en el piso se encuentran esculturas en forma de pezuña. En los muros se encuentra un ensayo fotográfico donde una figura femenina posa con ropa y pezuñas de peluche, mostrando una ambigüedad entre lo humano y lo animal. Aunque la artista incorpora elementos de lo salvaje a su obra, paradójicamente son materiales artificiales y sintéticos. Esos materiales, aunados con los ornamentos utilizados para decorar las atracciones en las ferias, son una referencia a la manera en la que actualmente la creadora se vincula con la naturaleza al haberse mudado de Guanajuato a la Ciudad de México: ya no es una relación directa, sino desde lo ficcional.
“Eso me llevó a reconstruir la naturaleza desde lo teórico, lo especulativo, lo fantástico”, comparte.
Las preocupaciones de la artista provienen de una reflexión acerca de la generación millennial a la que pertenece, que heredó ciertas tradiciones y al mismo tiempo vivió movimientos emancipatorios, como el feminismo.
“Estar entre ambas fuerzas me hizo cuestionar muchas estructuras, especialmente en torno al ser social. Eso me llevó a pensar también en una crítica al ser humano, no solo al hombre hegemónico. Me interesa una perspectiva post-humana: una postura feminista, sí, pero también trans-especie, donde otras formas de vida o el entorno mismo tienen agencia o visibilidad”, ahonda.
Por otro lado, la exposición El México que se nos fue, es una intervención de sitio específico a cargo del artista Carlos Lara (Nuevo León, 1994) en el Patio de las Esculturas. La curaduría está a cargo de Mariana Mañón Sepúlveda, gerente de exposiciones de MARCO.
A través de una instalación que se despliega por todo el patio, el artista aborda una parte histórica en la frontera de México, atravesada por su historia familiar, específicamente el Programa Bracero, un acuerdo bilateral entre los años 1942 y 1964 donde los mexicanos podían migrar legalmente a Estados Unidos para trabajar, pues la mayoría de los hombres norteamericanos se encontraban participando en la Segunda Guerra Mundial; entre los migrantes se encontraba su abuelo.

Detalle de la exposición El México que se nos fue, de Carlos Lara.
En el Patio de las Esculturas estarán zonas con pasto seco cubierto con pintura verde, que aluden a la tradición pictórica pero desde una escala industrial. Sobre estas secciones estarán herramientas usualmente empleadas para trabajar en la agricultura, cada una con elementos de animales vinculados al campo, por ejemplo, estarán dos tractores que sugieren a los bueyes y dos podadoras que recordarán a los caballos. Sin embargo, estas esculturas tienen la intención de desvanecerse en el paisaje a través de sus dimensiones.
En el caso de su bisabuelo, este emigró a los Estados Unidos durante el Programa Bracero. Aunque su abuelo también participó en el mismo programa, en 1994 formó parte de una amnistía en la que el gobierno estadounidense regularizó a 3 millones de inmigrantes; desde entonces se dedica a la jardinería en campos de golf. Por otro lado, apunta el artista, los campos en México tenían cierto abandono por la falta de impulso económico, como el fallido programa del reparto agrario (1934-1940) durante el periodo del presidente Lázaro Cárdenas. Aunque se otorgaron facilidades para obtener terrenos, existía una falta de apoyo para fortalecer el trabajo en el campo, impactando en la productividad.
En su conjunto, la intervención reflexiona acerca de cómo los asuntos políticos y económicos se pueden reflejar en el trabajo en la tierra, y la exploración del artista está relacionada con la memoria a través de un relato familiar que cobra relevancia en su contexto social y temporal. Entonces, Lara parte de lo individual para abordar no solamente un momento histórico, también cuestiona la manera en los falsos ideales de prosperidad, y la manera en que el capitalismo influye en los territorios o lugares geográficos y sus dinámicas de trabajo.
Ambas exhibiciones forman parte del esfuerzo del museo por comisionar proyectos a artistas contemporáneos cuya carrera está cobrando relevancia en la escena actual.
INFORMACIÓN DE LAS EXPOSICIONES:
Título: Fábula rota y los cuerpos que olvidaron huir, de Cosa Rapozo | Apertura al público: Viernes 27 de junio del 2025 | Permanencia: Domingo 19 de octubre del 2025 | Museografía: MARCO | Curaduría: Brenda Fernández, curadora asociada de MARCO | Número de obras: 7 | Salas: Espacio Uno | Técnicas: Escultura en fibra de vidrio, fotografía, escultura con piel sintética, entre otros.
Título: El México que se nos fue, de Carlos Lara | Apertura al público: Viernes 27 de junio del 2025 | Permanencia: Domingo 19 de octubre del 2025 | Museografía: MARCO | Curaduría: Mariana Mañón Sepúlveda, gerente de exposiciones de MARCO | Número de obras: 13 | Salas: Patio de las Esculturas | Técnicas: Podadoras intervenidas con piel sintética e hidrografía, y pasto natural pigmentado
HORARIOS Y TARIFAS DEL MUSEO:
Abierto de martes a domingo de 10:00 a 18:00 horas. Miércoles horario extendido hasta las 20:00 horas.
Entrada libre miércoles y domingos.
Boleto general: $100 pesos. Con descuento: $70 pesos (maestros, estudiantes, adultos mayores INAPAM y menores de 15 años. Entrada libre todos los días a niños hasta los 5 años.
SEMBLANZAS DE LOS ARTISTAS
Cosa Rapozo (Guanajuato, 1987). Artista visual, curadora y docente. Es maestra en Artes por la Universidad de Guanajuato. Su última exposición, Lupercalia indómita (Guadalajara90210, Ciudad de México, 2023), puso en tensión las formas en las que se materializan los acuerdos sociales frente a ciertas actitudes que por naturaleza son indomables. Fue coordinadora del espacio independiente Obra Negra (2018-20) y fundadora de su Programa de Producción Artística (PROA), dedicados a la preservación y divulgación de la práctica artística contemporánea del bajío. Su práctica artística ha sido beneficiada con el Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA, 2017) y el programa Jóvenes Creadores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA, 2015). Como coordinadora de PROA, recibió diversos apoyos para espacios independientes, otorgados por instituciones como la Secretaría de Cultura, el Instituto Estatal de la Cultura de Guanajuato (IECG) y el Patronato de Arte Contemporáneo (PAC). Entre 2013 y 2018, formó parte del cuerpo docente del Departamento de Artes Visuales de la Universidad de Guanajuato. Actualmente forma parte del colectivo Dolores Hidalgo.
Carlos Lara (Nuevo León, 1994). Artista multidisciplinario egresado de la licenciatura en Artes, por la Universidad de Monterrey (UDEM). Su obra explora las diversas formas en que se construye la identidad a través de redes simbólicas relacionadas con los procesos relacionados con la modernización industrial. Una reflexión sobre cómo la cultura del trabajo ha sido utilizada bajo el marco de un “proceso civilizatorio” como vehículo de progreso, la capitalización de los tiempos de ocio y el desplazamiento forzado a merced de la modernización. Un cuestionamiento a las promesas y fracasos de la modernidad en América Latina. Ha participado en el Festival Internacional Santa Lucía (2018) (2019), Festival hACER noche (2022), en las ferias FAMA (2018) (2022), Salón ACME (2019) y CLAVO (2020) (2021). Es mención honorífica del Premio Estatal de Arte Contemporáneo de N. L. (2018), becario del FONCA (2019) y del CEIIDA (2022).

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